Destinos de viaje para la caza de invierno que merece la pena conocer

Riccardo Tamburini, nuestro embajador de marca de Italia, es uno de los afortunados: durante el invierno, viaja a menudo al extranjero para acompañar a los cazadores en sus viajes y filmar el proceso. África fue uno de sus destinos recientes, y su primer consejo es que estudiemos detenidamente la normativa local: «El uso de una cámara térmica, incluido un observador, podría no estar permitido para la caza. En África, a menudo no se puede cazar durante la noche, aunque puede que se permita si se trata de cazar un león o un leopardo. En esos casos, puede utilizar la cámara térmica solo como observador. Y también puede ser muy útil cuando se buscan rebecos en el bosque durante la caza de acecho».

¿Sus favoritos para la tarea? Los prismáticos térmicos Pulsar Merger LRF XP50 por su excepcional calidad y los Axion 2 LRF XG35 por su diseño compacto. ¿El denominador común? El telémetro láser incorporado para medir con precisión las distancias.

Sin embargo, si su objetivo es esto último, prepárese para un viaje desafiante, como nos cuenta nuestro embajador de Suecia, Night Vision Viking, las ovejas muflón son difíciles de avistar, por no hablar de cazar, debido a sus remotas (y bastante duras) condiciones de vida y a su carácter tímido. Aunque sabiendo que, recientemente, consiguió acercarse a una desde poco más de 50 metros, ¿quién puede decir que usted no podría igual de bien?

Así es como lo describe Phil: «Puede acabar caminando arriba y abajo por las colinas durante horas, tratando de encontrar el ciervo adecuado al que abatir. Puede divisar algunos ciervos y ciervas desde el borde de la carretera con sus prismáticos o visores térmicos, pero entonces tiene que averiguar por dónde va a llegar hasta ellos sin que sepan que ha llegado antes. La dirección del viento puede cambiar muy rápidamente y delatar su posición. Entonces tiene que idear un plan B que puede implicar que tenga que volver sobre sus pasos y regresar al punto desde otro ángulo».

Hablando de la caza en sí, Jón Rúnar ha disfrutado mucho de la tradición de hacer fuego dondequiera que se sitúe: «Hay calor para mantenerte caliente, hay café caliente todo el día y puedes camuflar el olor humano con humo. Los animales están familiarizados con el olor del humo y por eso no te rehúyen».

También señala que la caza del alce en Laponia requiere un gran trabajo en equipo: «Quién y cómo se cace al animal no importa. Cuando ocurre, todos los miembros de la partida de caza acuden y ayudan a sacarlo de la zona. Fue una pura alegría ver cómo un grupo bien dirigido y con un buen equipo podía sacar fácilmente a esos gigantes del bosque. Poder participar en este tipo de caza fue un gran privilegio que nunca olvidaré».

Además, me encantan los bosques porque son algo exótico para mí, ya que en las islas Lofoten no abundan los bosques. Este invierno no ha hecho más que empezar, pero ya he podido probar a cazar urogallos y esto me ha encantado. Aunque no tuve suerte en esa jornada de caza, pude observar varios de estos impresionantes pájaros, con los que nunca me había topado, y su método de caza es bastante fascinante.

También aceché a un corzo, lo que sobre la nieve resulta una experiencia un poco diferente. Me encanta poder detectar las huellas más fácilmente, pero puede ser duro acechar sobre suelo helado».

Los húmedos terrenos de Luisiana son también un lugar perfecto para que las becadas pasen el invierno. El estado está orgulloso de disponer de una numerosa población de la especie americana de este pájaro, y aunque el procedimiento sigue siendo todo un reto, la tasa de éxito es bastante alta. Y hablando de becadas, no podemos olvidar a su prima euroasiática: misteriosa y difícil de capturar, suele pasar el invierno en el sur de Europa. Nuestro embajador de la marca, Riccardo Tamburini, acaba de hablarnos de sus peculiaridades cinegéticas en Italia, así que le invitamos a que eche un vistazo y se prepare para el próximo viaje de caza de la becada, ya le lleve a Italia o a Luisiana.